Cuenca ciudad Encantada


      HISTORIA

  La existencia de Cuenca, es algo que está por determinar, unos creen que procede de la antigua Lobetum, otros, de cerca de Albarrazín y otros, parece ser que son los mas acertados, dicen procede de la base de un antiguo castillo llamado CONCA, que por su situación militar y estrategica, a veces pertenecía a los reinos moriscos de Sevilla y otras a los de Valencia.
    En la provincia  quedan abundantes huellas  romanas, como son las de Segóbriga, una de las urbes romanas más importantes junto a Ercávica y Valeria.
    La alcazaba Conca, fue levantada por los árabes (784). Dependió de Almotámid de Sevilla. Los musulmanes la aprovecharon como emplazamiento defensivo de la Serranía. Fue cedida, como dote de boda de la Princesa ZAIDA, al casarse con el Rey Alfonso VI, pero volvió a pasar otra vez a poder de los sarracenos, hasta que fue reconquistada definitivamente por Alfonso VIII en el año 1177, quien, a petición de Andrés de Cabrera, la concedió un Fuero especial y el poder poner en su escudo los títulos de MUY NOBLE Y LEAL Villa DE CUENCA.
Bajo su protección vive momentos de esplendor y se desarrolla la ciudad. La Catedral, se construyó probablemente sobre la antigua mezquita. A finales del siglo XV, Cuenca supera los 6.000 habitantes, iniciando su  expansión  fuera de la muralla.                                                           

   A lo largo del siglo XVI  se convierte en un importante centro textil, burocrático y religioso con aproximadamente 15.000 habitantes. En el siglo XVIII con la Guerra de Sucesión, Cuenca soporta dos asaltos, y entra en una grave crisis económica, descendiendo la actividad textil y paralizándose los molinos de papel.
    La Guerra de la Independencia provoca el deterioro del patrimonio urbanístico así como el hundimiento casi definitivo de la industria textil. En 1840 siendo ya capital de la provincia, solo cuenta con 5.738 habitantes. En el siglo XIX sufre varias epidemias de cólera. En la segunda mitad de siglo surge un renacer de industrias tradicionales; la llegada del tren y la explotación de recursos madereros de la Serranía que el Júcar trae hasta Cuenca, favorecen la ubicación de serrerías. Se recupera demográficamente y en 1.900 supera 10.000 habitantes.
    En el primer tercio del siglo XX Cuenca conoce un resurgir económico con la aparición de fábricas de resinas. En 1902 se hunde la torre del Giraldillo en la Catedral. En 1935 cuenta con casi 19.000 habitantes. Tras el paréntesis trágico de la guerra civil y posguerra, se inicia un proceso de revitalización. En este siglo se produce el desplazamiento definitivo del centro de la ciudad a la parte baja donde actualmente cuenta con modernos centros comerciales, zonas de copas, avenidas, parques, polígono industrial, etc.
    A principios del siglo XXI ve terminada la autovía Cuenca -Tarancón y el AVE Madrid-Cuenca-Valencia, cuya estación se construye a 5 kilómetros de la ciudad en contra del clamor popular que la pedía dentro de la ciudad.

    El casco histórico de la ciudad está declarado Patrimonio de la Humanidad, y en los últimos años se han llevado a cabo programas para su conservación y mejora. 

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